Sándor Márai. La extraña
I
El tono que usó no era el de qué gran descubrimiento. Más bien era el de la constatación de un hecho. Y de todos modos una se siente en la obligación de andar disculpándose como si todo este tiempo hubieras estado engañándolo. Quizás lo desorienté de entrada con mis conocimientos sobre fútbol, con mi inusual tolerancia para los canales deportivos y sus bizarros personajes , por mi habilidad para traducir mis sentimientos y necesidades al léxico del mundo masculino.
II
No lo dijo como un insulto. Era la sorpresa al ver por fin un signo de fragilidad. "Al final, vos también sos una chica", me dijo el Novio anoche por teléfono.
III
Las pistas siempre estuvieron ahí. El vio las dimensiones de la valija que llevé sólo para un fin de semana; estaba el día en que me desperté llorando y lo abracé después de una pesadilla; hace dos días me dejó en la puerta de lo de Rose para ver la red carpet de los Oscar (no los Oscar). Pero para él no debe haber sido suficiente. Algo más que dije o hice detonó ese comentario. Algo tan insignificante que, aunque lo intento, no consigo recordar qué fue.
Las pistas siempre estuvieron ahí. El vio las dimensiones de la valija que llevé sólo para un fin de semana; estaba el día en que me desperté llorando y lo abracé después de una pesadilla; hace dos días me dejó en la puerta de lo de Rose para ver la red carpet de los Oscar (no los Oscar). Pero para él no debe haber sido suficiente. Algo más que dije o hice detonó ese comentario. Algo tan insignificante que, aunque lo intento, no consigo recordar qué fue.
IV
Ahora pretende que yo aprenda a cabecear. Le respondí que no. Con toda la delicadeza de la que soy capaz, le expliqué que no soy un centro de entretenimiento masculino.
Ahora pretende que yo aprenda a cabecear. Le respondí que no. Con toda la delicadeza de la que soy capaz, le expliqué que no soy un centro de entretenimiento masculino.
6 comentarios:
Mi último juramento: "Me negaré rotundamente a aprender a usar la play" (a la wii no pude resistirme)
ojo que se puede aprender a cabecear bien, eh?
Empezá a practicar
a ver, a ver
a cabezear, como en el fut?
lo pienso, no, y debe ser raro caer en esa cuenta, la de él!
yo sé que una siempre es una "chica" pero cuando te salís un poco de la media parece que les tarda un rato en caer la ficha...
Emma:
Uh, la play. Si le contara... yo le digo "la otra". Beso enorme.
Cinco por uno:
noooo, soy muy mala cabeceando. Además, me despeino y cuando viene la pelota me da miedo.
Tres:
como en el fut, sí sí. y soy malísima, by the way.
Café (con tostadas):
Tal cual, los descoloca un poco. Pero después se emocionan, y les cuentan orgullosos a los amigos que una sabe quién es Archubi o Mosquera.
Bieeeeeeen!!
Brindo porque los hombres aprendan a no catalogarnos mujeres!
Ser una mujer no es taan fácil como solo ser mujer!
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