I
Además de compartir lo que comparten los amigos(pareceres sobre literatura, música, la performance de los argentinos en la NBA) L. y yo, somos, podría decirse, secuaces: Batman y Robin, Hermione y Harry, Gárgamel y Azrael, la Chilindrina y el Chavo. No importa la idea descabellada que se me ocurra, él dirá: “dale para adelante, yo te ayudo”. Si el pibe con quien salí muestra la hilacha en repetidas oportunidades, L. será quien enuncie el tradicional “no te merece”. Y viceversa.
Además de compartir lo que comparten los amigos(pareceres sobre literatura, música, la performance de los argentinos en la NBA) L. y yo, somos, podría decirse, secuaces: Batman y Robin, Hermione y Harry, Gárgamel y Azrael, la Chilindrina y el Chavo. No importa la idea descabellada que se me ocurra, él dirá: “dale para adelante, yo te ayudo”. Si el pibe con quien salí muestra la hilacha en repetidas oportunidades, L. será quien enuncie el tradicional “no te merece”. Y viceversa.
II
L. no tiene hermanas, sino dos barbudos y tatuados hermanos varones. Quizás sea este hecho (cuyas consecuencias ya fueron exploradas aquí) el que lo llevó a coleccionar amigas desde la adolescencia. Condiciones no le faltan: L. sabe escuchar, y muestra una sensibilidad mayor a la del muchacho argentino promedio. Pero a pesar de tantas expediciones a zonas del alma femenina vedadas a la mayoría de los de su especie, cuando aparece una mujer para él, L. se transforma, pierde el mapa y olvida por completo todo lo aprendido.
III
El lunes al mediodía L. me llama por teléfono. Mientras lo saludo calculo que me quedan exactamente cuarenta minutos para secarme el cabello, prepararme algo de almuerzo, comer y vestirme antes de ir a trabajar. El, en cambio, está en su casa con parte de enfermo y tiene todo el tiempo del mundo para contarme las novedades del fin de semana con su chica. Porque hace un par de meses, después de una temporada de soledad y melancolía, L. encontró el amor.
IV
Como sabía que no se sentía bien de salud, le pregunto a L. cómo está y me cuenta que mucho mejor, que ella pasó todo el fin de semana cuidándolo. Que la chica que en un principio se mostraba inconquistable, ahora le dice palabras dignas de una Andrea del Boca mucho más joven, bonita y punkie. Entonces todo maravilloso, digo yo mientras dispongo paralelamente dos milanesas de soja sobre la plancha.
-No tanto, dice él: necesito ayuda. Estoy desesperado.
V
Resulta que el domingo por la tarde, cuando finalizaba del Fin de Semana del Amor, la chica le dice “no sé qué me pasa”.
V
Resulta que el domingo por la tarde, cuando finalizaba del Fin de Semana del Amor, la chica le dice “no sé qué me pasa”.
-Dice que está mal, que es rara, que tiene problemas, que si quiero dejarla ella entiende -me explica L.- que va a sufrir pero va a saber comprender. Y yo no entiendo nada: Alice, explicame qué le pasa –me dice– la llamo, le mando mensajes de texto para ver qué siente, qué es lo que tiene, y ella me vuelve a contestar lo mismo.
-¿Todavía te quiere?
-Sí, hasta dice que me ama.
Mientras sostengo el teléfono entre la oreja y el hombro, e intento un complicado movimiento de muñeca para maniobrar el cepillo de brushing, le digo que no se haga problema, que la cosa no es con él, que el motivo puede ser cualquiera, una hormona mal acomodada, o algo así.
-¿Todavía te quiere?
-Sí, hasta dice que me ama.
Mientras sostengo el teléfono entre la oreja y el hombro, e intento un complicado movimiento de muñeca para maniobrar el cepillo de brushing, le digo que no se haga problema, que la cosa no es con él, que el motivo puede ser cualquiera, una hormona mal acomodada, o algo así.
–No preguntes tanto, ya se le va a pasar sola, le digo, y me disculpo por tener que irme tan rápido.
De todos modos llego al trabajo tarde y sin almorzar.
VI
La noche siguiente, mi amigo llama. Se lo escucha entusiasmado:
VI
La noche siguiente, mi amigo llama. Se lo escucha entusiasmado:
-Tenías razón -me dice- Hoy apareció de lo más cariñosa, como si no hubiera pasado nada.
-Te lo dije, respondo, agrandadísima por mis habilidades de percepción a distancia.
-Pero no entiendo, Alice ¿Esto siempre es así? ¿Tengo que vivir con esta incertidumbre?
-Esto no es nada. Podemos ser mucho más ciclotímicas.
-No creo poder soportarlo, dice él.
-Es esto o estar solo. Y cuando estás solo te deprimís, te ponés de malhumor. Prefiero aguantarte en este estado, digo.
Se hace un silencio. El dice:
-Entonces tengo un problema, ¿no?
-Sí. Por suerte, estás en problemas.
-Te lo dije, respondo, agrandadísima por mis habilidades de percepción a distancia.
-Pero no entiendo, Alice ¿Esto siempre es así? ¿Tengo que vivir con esta incertidumbre?
-Esto no es nada. Podemos ser mucho más ciclotímicas.
-No creo poder soportarlo, dice él.
-Es esto o estar solo. Y cuando estás solo te deprimís, te ponés de malhumor. Prefiero aguantarte en este estado, digo.
Se hace un silencio. El dice:
-Entonces tengo un problema, ¿no?
-Sí. Por suerte, estás en problemas.
16 comentarios:
ahahahah, somos tan lindas tan lindas las mujeres!!!!!! Decididamente lo mejor que le puede pasar a un hombre! Besos
Querida Alicia, no se olvide que nosotras las mujeres tambien debemos soportar aquellos ataques ciclotímicos masculinos, viviendo en una insoportable incertidumbre.
Esos ataques afectivos momentaneos..como el bichito del amor que les pizca..para luego, días de ausencia justificadas por situaciones laborales o quien sabe que cosa.
En fin. tolerancia 100%?
le mando saludos
Ohh, la dura convivencia. O la dura relación, simplemente ;-) Un beso.
nos gustan los problemas!
besos
que la mande a freír churros
Es quizás el problema mas lindo que podemos tener pero no deja de ser un problema. El tema es que no exceda los límites.
Me pregunto qué hacen los hombres que no tienen amigas (ni hermanas) en situaciones como ésta... también es necesario para nosotras tener amigos porque como dijo gabita, ellos también tienen ataques ciclotímicos, tal vez diferentes, pero ataques al fin...
Se nota por su reacción que tu amigo es una persona sensible... Bien por él que tiene una chica que lo quiere y una amiga que lo aconseja. ¡Espero que siga en problemas por un tiempo! :)
Besos!!
Nada de freís churros. Coincido que somos lo mejor que le puede pasar a un hombre. Qué linda que es la amistad intergenérica.
Besos
Acabo de venir corriendo de tu idea de las hermanas sustitutas Alicia. Ciertas cosas- o mas bien, ESAS cosas- las tuve que aprender a los tumbos: la ausencia de hermana me ha llevado al autodidactismo!! Tarde pero seguro... me encanta como siempre pasar por acá! abrazo!
Bea:
y viceversa...
besos!
Gabita:
Esos son los momentos en los que la que llama desesperada a mi amigo soy yo.
Alicia R.:
sipi.
Emmapeel:
nosencaaaaantan.
Julián:
Muppets (amiga también de L.) ya te respondió...me sumo.
rck:
¿los límites?
Little Snail:
Mi amigo es así como decís... a pesar de que detesta los blogs, espero que entre a éste para ver lo que escribiste.
Muppets:
Así es...beso.
Martín:
gracias!!!...yo también paso seguido a ver a tus peces...
besos para todos!
A.
SE LA TIENEN QUE BANCAR...SOMOS Y SEREMOS CICLOTIMICAS SIEMPRE!!!!!
A ver...el pobre de Freud murió sin saber qué queríamos... y los hombre de hoy ( o la mayoría) creen que se las saben todas...
Entonces, queridos, gánenle a Freud y de paso los postulan al Nobel.
....y no se quejen, que en el fondo NOS ADORAAAAAAAANNNNN!!!! JAJAJAAA!
Muyyyy bueno tu blog, Alicia, te sigo leyendo.
Un beso!
VÓTEME
Si no tuvieramos estos ataques ciclotimicos... las relaciones serian totalmente aburridas y sin sabor..
Por algo los hombres estan aprendiendo a ser ellos cada vez más cambiantes, no? Pero ojo! ni se les ocurra superarnos eh! ;)
Slds!
La presencia de hermanas no es una garantía, ni siquiera una ayuda, para entender a las mujeres.
Tener muchas amigas + años de experiencia y cuidadosa observación, otorgan ciertos visos de comprensión del caos que llevan por dentro, y una absoluta imconprensión de cómo pueden ser tan ordenadas y metódicas por fuera.
Nunca podríamos superarlas en esto. Los hombres no son ciclotímicos (o lo que se supone que eso signifique), sólo pierden el interés en las cosas (y mujeres) que creen seguras. La mínima posibilidad de que eso cambie, los hace reaccionar de inmediato, reavivándose ese interés, y obrando en consecuencia.
Los consejos de los amigos suelen empeorar cualquier situación sobre las que se les pregunte.
Los consejos de las amigas -en ocasiones- pueden ser más peligrosos aún. Deben considerarse seriamente, pero no tomarlos al pié de la letra, ya que, por mejor amiga que sea, también es ciclotímica (o lo quiera que eso sea).
Sólo los hombres que son capaces de aceptar -y amoldarse- a estos cambios, y que aprenden que decir lo menos posible, con las palabras menos asertivas posible, es lo mejor que se puede hacer en esos momentos, son capaces de sobrevivir una relación duradera, sin sufrir una neurosis depresiva, ni dejar de amar a su mujer.
Sólo quienes comprenden que las mujeres son como la naturaleza misma, pueden ver en ellas su verdadera belleza, y amarlas por siempre:
Salvajes, pacíficas,
tormenta, tranquilidad,
cielos nublados, cálido sol,
fuertes vientos, calma chicha, otoño, invierno,
primavera y verano,
anochecer y amanecer,
todo eso,
en un ciclo eterno,
hermosas y subyugantes,
dignas de adoración,
dignas de temer,
todo eso en un sólo ser,
en una sola alma,
todo a la vez...
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