sábado, 1 de diciembre de 2007

Enumeración

I
Una tarde, días atrás, mi amigo L. vino a tomar la merienda a casa. Mientras le reportaba el panorama o debería decir el páramo de mi vida sentimental, con la actualización del estado de todos los prospectos (éste es aburridísimo, aquél tiene novia, este otro habla de dinero todo el tiempo, el de más allá desapareció de la faz de la Tierra) él lanzó, espontánea, esta pregunta:
-¿Pero cómo puede ser, Alice, que te cruces con tantos pelotudos?
- Será que me tengo que cruzar con diez pelotudos para que el número once no lo sea, contesté , sin meditarlo un segundo.
II
Yo misma me sorprendí por no haberle dado la respuesta que podría haber dado en otra época de mi vida: claro L., tenés razón, estoy haciendo todo mal, elijo horriblemente y encima ya no hay hombres, qué voy a hacer; me voy a quedar sola para siempre hablándole al espejo con un gato en brazos como esa pobre chica de la publicidad de Wiskas.
No señor, no dije ninguna de esas cosas.
III
Esta novedad puede tener más de un causa: primera, que las arengas de mi psicoanalista –que insiste con que estoy mucho mejor y más rubia y más alta y mucho menos fóbica que antes- funcionan.
Segunda, que vivo en un estado de autoengaño permanente para no sufrir y que, simplemente, el número once no existe: todos los hombres con los que me cruzaré de aquí en adelante serán, infaliblemente, unos pelotudos.
Tercera: no tengo tercera. Tengo sólo estas dos.
IV
¿Será así como dicen? ¿Habrá que besar muchos sapos para que uno de ellos por fin se convierta en príncipe? Excepto que yo creo que el príncipe azul destiñe, y tengo una relación de fascinación-odio con el cuento de Cenicienta y todas esas bobas princesas que esperan en el balcón ser rescatadas. En cambio, tengo la convicción de que, de existir tal cosa como un número once o varios números onces posibles allí afuera, no me los voy a cruzar encerrada aquí adentro. Cuando digo aquí adentro digo en mi casa, en la comodidad de mis libros y mi música y mis cosas, por ahora no con gato porque odio los gatos con todas mis fuerzas y el día en que sienta mínimos deseos de tener uno será el momento de hacerme internar. Pero, decía, estar dispuesta a salir del confort de uno mismo ya es un paso importante ¿o no? Contéstenme que sí: aunque sea como a los locos…

25 comentarios:

Little Snail dijo...

Entiendo completamente la relación de fascinación-odio con los cuentos de princesas... cuando yo era chica solía decir que mi princesa favorita era la Bella de La Bella y la Bestia porque era la única que sabía leer. Es horrible que siempre las princesas sean rescatadas, que "hasta que les llegue el momento" tengan que ser pacientes, que se encuentren sometidas a la pasividad absoluta del que solamente espera. Todo esto estratégicamente envuelto en la fantasía de que hay una persona especial para nosotros, y que no tenemos que hacer el esfuerzo para encontrarla porque nos va a encontrar a nosotros.
Creo que algunas mujeres encuentran rápido lo que buscan porque no quieren nada en especial, solamente necesitan tener alguien al lado porque no saben que hacer consigo mismas. En cambio, las que se tienen a sí mismas no se conforman con cualquier cosa sino con algo mucho más específico... lo que lo hace más complicado.
Espero que encuentres un número once sin tener que pasar por los diez anteriores! (a menos que quieras, claro)

Besos!!

rck dijo...

El problema con las mujeres es justamente el que vos tan bien expresas: les cuentan de chiquitas taaaaaaaantos cuentos de hadas que se pasan la vida esperando al principe azul, que siempre, sin excepción destiñe (algunas siguen perdidamente enamoradas y diciendo que su novio es perfecto siemplemente porque son daltónicas). Indefectiblemente tendrás que bajar tus pretenciones si todos te parecen boludos. Porque somos muchos los boludos que andamos por ahí sueltos, pero alguno un poco mejor tiene que haber. Y si lo querés encontrar, sin dudas, salí del "encierro".

Bea dijo...

Esta bueno cuando uno pasa por esa etapa de ser positiva y creer que el cambio pasa por uno sin esperar que llegue de afuera y entre otras cosas uno se obliga a salir de esa comfort-zone donde nos es tan facil instalarnos. Que tengas varios candidatos que por x motivo no dan con el perfil es algo que hace que tu vida sentimental sea el Central Park de New York comparado con verdaderos paramos (i.e. el mio donde la sequia y la aridez es absoluta!) Desde una perspectiva menos optimista te dire que no se si hay un numero 11 o 12 o 13. Ni tampoco creo que todas las personas que estan en pareja son conformistas y todas las que no estamos somos selectivas y pensantes. Creo que a veces se da, otras no y que a algunas personas se les da, y a las que no, seguiremos en la busqueda. La clave esta, supongo, en continuar en la busqueda sin caer en la comodidad de nuestro hogar, nuestros libros, nuestra musica y (en mi caso ineludiblemente) el tarro de helado y galletitas. Saludos

Alcaucila dijo...

jeje, cuánta realidad hay en sus palabras...yo creo que la Psicoanalista funciona, a veces con efecto retardado, pero cuando cae la ficha...ahí vamos: agarrensé números once!!! (y confiemos en que no son todos unos pelotudos).

Saluditos.

Marimonia dijo...

Decia mi abuela "las hormigas y los pelotudos no se acaban más".
Será cuestión de comprarse un buen Raid.

EmmaPeel dijo...

aproveche el casting, después se ve

besos

Anónimo dijo...

Alice.... A veces que creo que vos sos yo! Que loco. SOL

Anónimo dijo...

Sí.

theremin dijo...

Uh!!! este post no podría llegar a mi día (o a mi vida) en un momento más apropiado. Me pasa exactamente lo mismo, es como que, ya sé que soy copada y leo y escucho buena música. Pero de qué me sirve eso? Quiero compartirlo con alguien!!
Le pregunto a mi analista: ¿por qué nadie me quiere? A lo que me contesta ¿Será porque vos no querés a nadie?
Y los "candidatos", los pocos que existen son todos desastrosos: o es muy grande, o es muy chico, o es muy perdedor, o tiene novia, o está en cualquiera o simplemente no gusta de mí.
Soy piola pero tímida, me cuesta demasiado conocer gente nueva y mi cinismo no me permite abrirme a los extraños.
Para colmo, amo los gatos. ¿Qué será de mí?

yo adoraba a Sissí emperatriz dijo...

alice, como decía mi marido (cuando éramos amigos), todo hasta q llegue la persona "indicada". estoy convencida existe, y además, alomejor antes los ojos de los demás es un bol... pero para nosotras es ÉL, simplemente.

Muppets de Balcón dijo...

Para mí llega un momento que te relajás y ya todo te chupa un huevo y aprovechás cada pelotudo que se te cruza para recolectar historias bizarras que seguramente algún día recordarás con amigos mientras algún novio te demanda que le des pelota.

eugenia dijo...

Alice, me encanta tu punto de vista, siempre optimista y lleno de esperanza. A veces te leo y me convenzo de que me encantaría poder tomarme las cosas como vos. Pero a mí me pasa distinto, no sé. Primero porque yo sí pienso que son todos iguales, no por “pelotudos”, porque los que me tocaron conocer no son pelotudos, el tema es que no se interesan lo suficiente en esta pelotuda. Ese no es motivo para insultarlos, sinó para concluir, como lo hago, que si no cumplís con todas sus expectativas (linda, inteligente, simpática, etc) solo te conocen hasta que te llevan a la cama. Luego de eso, “si te he visto no me acuerdo”. No los juzgo, pero no intento convencerme más de que no son todos iguales. Definitivamente, lo son.

Saludos!

Alicia dijo...

Little snail:
Muy bien expuesto lo suyo.
Y gracias por los deseos!

Bea:
Suertuda: si yo sumara el tarro de helado y galletitas no podría salir de casa, pero por no pasar por la puerta!

rck:
ni se me ocurre bajar mis pretensiones!

Alcaucila:
Confiemos...

Marimonia:
será cuestión, nomás!

Emapeel:
disfrutaremos lo que se pueda, sí sí.

SOL:
Te juro que no...

PZ:
Gracias.Muchas gracias.

Theremin:
No desespere. Lo de los gatos es fobia mía...no creo que sea excluyente.

Solodesaparecer:
qué lindo! eran amigos!

Muppets de balcón:
Si usted lo dice, yo creo todo.

Eugenia:
No te puedo convencer de nada...
pero (voy a sonar muy cursi): creo que no tengo derecho a no ser optimista. Eso nomás.

Bacio a tutti quanti!!!

:( dijo...

Sí, somos todos iguales... pero no dudes que algunos somos, definitivamente, menos iguales que otros...

lola dijo...

este blog la rockea!!!
Dígale sí a las historias bizarras, como leí en un comment más arribita.
Para lo único que sirven...
y Hasta luego a los principes ficticios...
ci vediamo!
beso

Recaredo Veredas dijo...

Curiosa mezcla de Edith Wharton, ironía y psicoanálisis. No sé cómo he llegado hasta aquí. Saludos desde Madrid.

Alicia dijo...

Rodrigo:
nunca lo dudé.
Lola:
le decimos sí, entonces. Besos y gracias.

recaredo veredas:
te fuiste un poco al carajo con la comparación! pero muchas gracias, me encantó.
Saludos desde Buenos Aires.

Anónimo dijo...

Permiso. Hola, lindo post.
Definitivamente ni el príncipe (ni casi nada en la vida) se encuentra quedándote en casa. (Y, por cierto, el amor es cualquier cosa menos cómodo).
A Euenia, del comentario más arriba: Ni los hombres somos todos iguales (algunos "menos iguales que otros", dice sabiamente Rodrigo) ni los "pelotudos" que te encontraste te tocaron en un sorteo... de alguna manera todos decidimos y arriesgamos cuando elegimos a otros...

Alicia dijo...

Minoría de uno:
Pase, nomás. Hola y gracias.
Concuerdo. Concuerdo. Concuerdo.
Saludos y vuelva cuando guste.
A.

Anónimo dijo...

Alicia, "más alta y más rubia", me da la sensación de que sos una petisa (gordita tal vez?) morocha arrepentida y desesperada por encontrar un tipo. Todos esos post en los que escribís lo bien que te sentís sola y cuan linda te ves, no te los cree nadie. Ojalá encuentres a alguien, se te nota apurada.

Alicia dijo...

Curdafloja:
No leés muy bien entre líneas, pero tampoco seré yo quien te explique cómo funcionamos las mujeres respecto de nuestra imagen y nuestra autoestima.
Y ¿apurada? mmm...no, no es la palabra. Quizás hasta sea todo lo contrario: consciente de que me puede llevar mucho tiempo encontrar lo que busco. Y dispuesta a no conformarme con menos.
Saludos

Anónimo dijo...

Acabo de releer lo que había escrito y, efectivamente, me fui al pasto. Cuando uno entra en la “dinámica blog”, puede alienarse al punto de escribir muchas pavadas. Cómo el absolutamente innecesario y estúpido agravio fue público, este pedido de disculpas también lo es.

Alicia dijo...

Curdafloja:
Aquí no ha pasado nada. Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Es increíble como me siento identificada con todo lo que escribís. Los textos me parecen geniales, espero poder seguir disfrutándolos.

knoppix dijo...

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